domingo, 22 de abril de 2018

Los videojuegos educativos



¿Hay algo de lo que nuestros mayores estén más en contra que de los videojuegos? Creo que no, o al menos eso es lo que me dice mi experiencia, en cuanto mi abuelita ve a algún primo mío sin separar sus ojos de alguna pantalla por algún juego se condena “estos niños que ya no saben jugar y socializar” dice por lo bajito. Por una parte lleva razón, un niño de 4 o 5 años para disfrutar compartiendo juego con alguien le es más fácil con juegos de toda la vida cómo el pilla-pilla que delante de una pantalla, pero por otra, no son conscientes de que al ver a un amigo que le guste el mismo juego comparten sus resultados de las partidas o celebran sus logros con sus padres.

Pero, si nos centramos en los videojuegos educativos, seguro que cambian de opinión y no son tan drásticos. Estos ayudan a los niños a aprender mientras se divierten, son llamativos y muy útiles para adquirir ciertos conocimientos.

He hablado con los niños sobre esto y me han dicho que ellos no usan videojuegos educativos, que no conocen ninguno, solo juegan a los de baile, deportes o de entretenimiento. Aun así, me contaron que podían ayudar a aprender mejor los temas tratados en el colegio, que les gustan más y que les podrían evaluar mediante alguno de ellos.

En conclusión, que necesitan que sus maestros innoven de verdad enseñándoles de diferentes maneras y no tanto libro, prueba escrita… qué si ya se aburren de ellos, siendo tan pequeños, según vayan creciendo más.

viernes, 20 de abril de 2018

Las redes sociales y los niños



Las redes sociales y los niños es algo irónico, si se supone, nunca mejor dicho, que hasta los 14 años no puedes tener cuenta en una de ellas, ¿cómo pueden entrar en el temario de una asignatura de Educación Infantil? Pero cómo no hemos venido a hablar del sistema educativo de las universidades, vamos a dejarlo y pasamos a la acción, ¿qué sabrán nuestros niños de ellas? ¿tendrán cuenta en alguna?

Me sorprendió que conocieran tantas, Twitter, Facebook, Snapchat fueron mencionadas, pero más me sorprendió cuando una dijo que ella tenía una cuenta en Instagram, que no subía fotos o vídeos de ella, pero sí otras cosas. Y por supuesto, no nos podemos olvidar de Musical.ly donde todas tenían cuenta, aunque los vídeos los dejaban en privado para solo poder verlos ellas.

Me dijeron que eran divertidas, muy útiles para ver lo que están haciendo otros o para compartir información, pero que también tenían su lado malo, ya que te pueden amenazar, saber tu información personal o denunciar, esto último no sé de donde lo han sacado.

Les pregunté qué si sus padres sabían que las tenían, me dijeron que no se lo habían dicho, que no era necesario porque ya tenían cuidado de lo que subían y que además nada era público. La niña que tenía Instagram me dijo que su madre si lo sabía y que si alguna vez dudaba si podía subir alguna cosa sí se lo preguntaba y no le importaba que su madre lo viera y la vigilara, le parecía necesario, ya que es por su bien.

Como conclusión, me gustaría recalcar que cómo hemos visto, las redes sociales infantiles no son demasiado conocidas y que lo prohibido atrae, ya que la mayoría de los niños tienen una cuenta en alguna red social, pero ninguno la utiliza con la finalidad con la que fue creada.